domingo, 24 de mayo de 2009

24 de mayo,manifestación antitaurina en Las Ventas



Hoy ha sido un gran día,esperado desde hace más de un mes. Larga semana de incontables horas de trabajo,escasas horas de sueño y mucho cansancio acumulado. Aún así no me cuesta levantarme temprano, tengo el ánimo por las alturas,y comienzo el día con energía, que no sé de dónde saqué,para llegar a la plaza.
Conocí gente nueva,que comparte mis ideales,mis pensamientos. Que no dudaría ni un instante en arriesgar su vida por defender aquellas causas en las que creemos.
Fuerte calor, sol ardiente,me tendí sobre la blanca lona rodeada de PERSONAS de verdad. Lo escribo con mayúsculas,porque así lo diferencio de las otras que se hacen llamar personas,y no son más que desperdicios,deshechos del reino animal.
Las banderillas pegadas en la espalda,la espesa "sangre" empapando mi espalda. Comienza el silencio, mis ojos abiertos, como los del animal masacrado en la plaza que busca a su alrededor una explicación a su triste miseria,antes de apagarse la luz que inundaba sus ojos. La luz de la vida de la que sin ningún derecho se apropiaron aquellos que te torturan y mutilan,impasibles ante su sufrimiento,toro de lidia.
Muchos son los que nos apoyan,muchos son los que quieren que esta rueda de dolor y tortura acabe y deje de manchar de sangre esta cultura aún anclada a un pasado obsoleto y atrasado. Demasiados son los que aún apoyan la matanza, el asesinato de miles de animales por puro entretenimiento,por pura diversión.
Escucho un grupo de bárbaros que exclama sin respeto ninguno, tratando de boicotear el acto pacífico que protagonizábamos, palabras sin sentimientos,sin alma,empapadas de rabia y frustración,porque ponemos en peligro su "culto" entretenimiento.
Esas palabras obscenas me llenaron de rabia,ira,impotencia. No podía responderles,así habíamos acordado.No podía moverme,ese era el trato. De igual modo que el toro que agoniza en la plaza sin poder defenderse ante el ataque,permanecí inmóvil, pero todo mi ser se revolvió en sus entrañas. Todo lo que siento,por lo que lucho,todas imágenes de seres indefensos agonizantes, siendo torturados entre charcos de sangre por insensibles cavernícolas vestidos de payaso,vino a mi mente y me empapó de dolor. Apreté los puños;mi caja torácica se expandía ante un grito contenido,todos mis músculos se tensaron, el dolor que inundó mi ser asomó a mis ojos,las lágrimas surcaron mi cara. No pude reprimir toda aquella frustración e impotencia que siento,y que se acumuló en aquellos segundos que parecieron horas.
Ante los gritos de los taurinos,no me queda nada más que decir que se autoinculpan de su propia ignorancia,de su falta de sensibilidad y ética, deseando que nos clavaran las banderillas a nosotros. Solo espero que algún día sea tal el rechazo de la sociedad ante estas terribles tradiciones,que se consiga abolir de una vez la tortura hecha símbolo de la cultura española,o mejor dicho,de la incultura española. País de sanguinarios egoístas torturadores, galgueros sin escrúpulos, caballistas "amantes" de sus caballos que mueren en la plaza con las tripas colgando,y de todos aquellos capaces de causar el sufrimiento más atroz por pura diversión, pretendiendo camuflarlo de cultura y tradición. La incultura de una minoría que forma una lacra para el resto de la sociedad,que nos avergonzamos de pertenecer a ella.
Ha sido un gran día,pero queda mucho camino por recorrer.
Un gran abrazo a los que luchan día a día por conseguir que el mundo dé un paso adelante.