miércoles, 4 de noviembre de 2009

Los galgos y el gobierno español

Este escrito es una carta que envié al miembro del gobierno español que afirmó que la práctica de abandonar,maltratar,ahorcar...etc galgos en España ya no se realiza, que eso ocurría en la antigüedad. Si ocurría en la antigüedad,el año pasado,que fue cuando Rey apareció, debe ser ya parte de la antigüedad.


"Junto a mis pies reposa un ser dormidito, huesudo,de rasgos alargados. Tiene los ojos cerrados,relajado en ocasiones llega a soñar y lloriquea,gime,y se despierta sobresaltado.Buscando refugio en mi, apoya su cabecita entre mis manos y me mira,implorando protección. Este pequeño se llama Rey,así le bautizaron un par de chicas, que mientras conducían por los alrededores de Madrid,vieron un bulto a un lado de la carretera. Este bulto era un galgo español negro, de unos 7años, de lo que sólo se podía reconocer la cabeza y los cuartos traseros,porque el resto de su cuerpo era un amasijo de sangre y piel desgarrada.Yacía desnutrido en la cuneta,sin apenas aliento, abandonado a su suerte tras ser arrastrado con un coche.
Este mismo galgo,se aterrorizaba cada vez que un hombre se cruzaba en su camino. Rey,un ángel bajado a la tierra, es uno de los miles de galgos que cada año son torturados y abandonados en tierras españolas,donde sólo priman el dinero y el vicio,y un animal no tiene ningún tipo de valor,más allá del dinero que sea capaz de producir para su dueño.
Quien diga que en España no hay galgos maltratados,que era una práctica antigua,que ya no se encuentran galgos ahorcados en árboles,que no se abandonan,no se asesinan,y que no es un problema en esta sociedad,está invitado a venir a la finca,y conocer a Rey. Ver la terrible cicatriz que cubre todo su brazo derecho, la falta de las dos garras de sus patas delanteras debida a la mutilación que sufrió a manos de su galguero. Que vea también cómo se aleja temeroso ante la llegada de extraños,sin perder ni un minuto de vista a aquellos que son un peligro potencial para él. Y que vea ,por supuesto, su mirada,que traspasa el objetivo de cualquier cámara, llegando directamente al corazón de los que disponen de él. Estoy convencida de que aquellos que le explotaron mientras fue joven,para torturarle y abandonarle después,no tienen corazón,no tienen decencia,y no tienen humanidad. Asco me da pertenecer a su misma especie, y tener que soportar,que encima se les defienda diciendo que era una práctica obsoleta. Para aquel que asesina liebres sin ningún tipo de escrúpulos,y utiliza la vida de los perros que le sirven a su antojo,no hay disculpa posible. La caza con galgos tiene que acabar,pero mientras no acabe,tendremos que seguir recogiendo aquellos animales que aparecen abandonados,muchos de ellos heridos y agonizantes,y buscarles un hogar donde les quieran por lo que son,seres admirables que regalan todo su cariño sin pedir nada a cambio. Si nos privan de enviarles al extranjero...¿qué queda,asesinarles en las perreras?"

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